martes, 2 de octubre de 2012
Sean Penn se viste de rockero para vengar a su padre
La versatilidad de Sean Penn hace rato que dejó de sorprender a todos. Haciendo gala de su magna capacidad interpretativa, el actor regresa en el filme de Paolo Sorrentino, “The must be the place”, donde interpreta a un singular personaje que busca reencontrarse y solucionar dramas de su pasado.
"Cheyenne" (Penn) es una antigua estrella de rock. Vive en Dublín de los derechos de autor y, a pesar de su edad, conserva una imagen gótica. Tras la muerte de su padre, con quien no mantenía relación alguna, se traslada a Nueva York y descubre que su progenitor vivía con una obsesión: vengarse de una humillación.
"Cheyenne", personaje que parece una fusión entre Robert Smith de The Cure y Ozzy Osbourne, decide cumplir ese deseo de venganza, pero, para ello, tendrá que emprender un viaje a través de América y buscar al alemán que torturó a su padre en el campo de concentración nazi de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial.
“La idea era hacer un filme sencillo y lineal sobre un asunto también sencillo con el trasfondo de un tema de una enorme dificultad”, explicó el realizador Paolo Sorrentino en una rueda de prensa realizada en Milán.
En la cinta, que se estrena el 2 de noviembre en Estados Unidos, el personaje de Sean Penn se lleva toda la carga dramática de la historia al representar la soledad y el deseo de reencontrar el gusto por la vida. "Cheyenne" expele una profundidad sentimental muy rica en contraposición a su apariencia física. Ese juego de emociones es lo mejor logrado del filme.
“This must be the place”, que además cuenta con la participación de la actriz Frances McDormand y Eve Hewson, la hija de 19 años del líder de U2, Bono, tiene un presupuesto de 28 millones de dólares. “Es una historia europea que se mueve sobre tres andenes. De una parte lo íntimo, por otra, la búsqueda de la paz contra el horror nazi y, luego, la ironía de una comedia”, aseguró Sorrentino.
Terra
domingo, 9 de septiembre de 2012
miércoles, 15 de agosto de 2012
La voz dormida
Benito Zambrano, director de la cinta, asegura que la calidad en una buena producción cinematográfica radica en el poder del guión y de sus personajes. “Para mí, después del guión, lo más importante es el reparto. Si se quiere conseguir un trabajo excelente de interpretación para llegar a lo más profundo del espectador, debe haber compromiso y profesionalismo. Hay que dedicarle un trabajo especial al personaje”, comentó Zambrano al respecto en una entrevista hecha para el Festival de Cine de Cartagena 2012.
La historia se desarrolla en Madrid, España, durante la posguerra. Una joven cordobesa, Pepita (María León) abandona su aldea y decide viajar a Madrid para encontrarse con su hermana Hortensia (Inma Cuesta) quien se encuentra en estado de embarazo, encarcelada y condenada a pena de muerte hasta después del nacimiento del bebé. La travesía trae a su camino un valenciano de familia burguesa quien lucha continuamente en la sierra de Madrid (Marc Clotet); además, están vivas las ganas de buscar la redención de la hermana, así como el bienestar y custodia de su sobrino.
Dolor, pasión, soledad, tristeza, impotencia, esperanza son las sensaciones que explora la historia. Narración astuta que muestra sucesos que marcaron un período fundamental para España. La mujer abnegada que busca la libertad de su hermana se convierte en madre, amante y familia. El sentido de la lucha y el poder del amor sobre aspectos sociopolíticos que influyen en los comportamientos de la sociedad. Así es "La voz dormida".
Reseña tomada de: revistadiners.com.co
martes, 7 de agosto de 2012
Batman con el pin del Tea Party
Por Moncadista.org
A mí me gusta el cine de ficción, de verdad, no sólo veo pelis independientes. Las últimas que me he tragado en el cine han sido la de Alien y esta de Batman. La de Alien tiene un punto interesante cuando resulta que los aliens son parte de un arma biológica… ups, destripada.
Batman es de superhéroes, por tanto no puedo esperar nada progre, pero viniendo del director que viene, que se curró Memento, pues como poco me esperaba una peli de ficción y acción, entretenida. The Dark Knight rises no es una película más de superhéroes que vencen al malo maloso. Esta película tiene una cantidad de propaganda que la hace hasta humorística en algunos momentos (las banderas deshilachadas, el himno, los puentes, la columna de policías enfrentándose a los manif…perdón, a los villanos, etc…). El guión está lleno de borrones y comentarios de alguno del Departamento de Estado, fijo.
Yo iba a escribir sobre la película, pero es que ya lo ha dicho todo Bernabé. Por favor, leed ese interesantísimo artículo que subrayo totalmente.
Pero yo voy a profundizar en otro aspecto reaccionario de la película, el de la crítica feroz al Estado. Si en algo coinciden los villanos, esta vez perroflautas con rastas pero que provienen del lejano oriente, y los héroes (representantes de las multinacionales) es en su crítica a la corrupta burocracia. El gobierno es corrupto, los altos mandos del ejército y la policía también. Por su culpa, los niños huérfanos, con la ciudad, pueden desaparecer. Los niños vienen de un orfanato al que el filántropo Batman (el de día) había estado cuidando hasta que se arruinó por culpa del ecologismo. Pues estos huérfanos iban a ser salvados por el típico policía héroe 11 de septiembre (Robin), pero la burocracia los condena, menos mal que la multinacional, el rico, con máscara de héroe los salva, de nuevo.Y es que se insiste hasta el aburrimiento de la importancia del dinero, y sobre todo de los que lo tienen, en el equilibrio y el bienestar de la mayoría.
Generalmente la propaganda de Hollywood quería enseñar que aunque el sistema no era perfecto, la buena voluntad de las personas ligada a los resortes del Estado equilibraban de nuevo la situación. En este caso, la rebelión es caos e injusticia, y el bien viene de parte de la compañía, en plata, de la burguesía, no del Estado. Porque ante los excesos del capital financiero, escenificada en la bolsa, se plantan otros ricos con moral, mientras, demonizan cualquier acción colectiva contra el Capital. Confiemos en los buenos ricos (Romney?)…
Cada escena de la película tiene alguna referencia estética o lingüística a esa propaganda. Si queréis, ved el vídeo de un flipao que ha reproducido el discurso de Bane (el malo), delante de una cárcel, a la que llama símbolo de opresión. Otro de los discursos que da, que no encuentro, es en el estadio de fútbol. Después de reproducir enterito el himno cantado por una voz angelical, yo estoy seguro de que dice: “somos anónimos”, con una pantalla al fondo, haciendo referencia al movimiento Anonymous. Los que la hayáis visto en español corregidme.
En inglés. Debajo traduzco alguna parte.
“Pueblo de Gotham, delante vuestro se erige un símbolo de opresión, la prisión Puerta negra….. Quitaremos Gotham a los corruptos y opresores de látigo que durante generaciones os han tenido abajo…. Gotham es vuestra (del pueblo) y nadie debería interferir con vuestros deseos….”
Otras referencias al movimiento Occupy Wall st. están en llamarse “ciudadanos”, en luchar contra los corruptos y los ricos, en que la película empieza ocupando Wall st… Aunque el guión lo escribiera en el 2009, y por mucho que se empeñe Nolan en decir que no pretendía meter la política, me cuesta creer que no haya premeditación y alevosía en muchas de las escenas.
Antes de empezar la película y viendo los trailers de los próximos estrenos, me preguntaba por qué el Departamento de Estado de EEUU está poniendo tantísimo dinero en propaganda. ¿Será que saben algo que nosotros no sabemos? ¿Será que los disturbios anti-raciales de Disneyland pueden crecer? ¿O es el Tea Party? Porque el ataque al Estado es continuo, a la par que la defensa de sus símbolos (Bandera, patria, orden, policía, héroes, ciudadanía, etc), muy en la línea de sus ideólogos. Esto me lleva a la cabeza el tema del 25 de septiembre y la posible derechización del movimiento en España.
Para los que estéis pensando que al final no deja de ser una película, no podéis olvidar que en este país la gente mata por estas películas. Que 200 millones de estadounidenses son totalmente acríticos y engullen (¿cómo no?) esta propaganda, viven en una película. Y la escenografía está cuidada al detalle para confundir en el subconsciente las noticias de la FOX sobre Occupy y la primavera árabe, y su adorado Batman. Como dice Bernabé, ¿cuándo Batman se puso el pin del Teaparty?
Sin embargo hay gente que ve otra cosa.
Lo positivo es que está generando un gran debate en la red, cientos de artículos hablan sobre ello, ya es algo.
miércoles, 6 de junio de 2012
domingo, 20 de mayo de 2012
Discurso incendiario en la Gala de Cannes: Sean Penn recauda dinero para ayudar a Haití
El actor y director estadounidense Sean Penn lanzó el viernes en Cannes un vibrante llamamiento de ayuda a Haití, poco antes de una fiesta de gala para recaudar fondos destinados a la reconstrucción del país.
El actor con unos tragos de vodka encima, sorprendió a los invitados, con un discurso plagado de improperios.
"Al carajo los que dicen que tu solo estas firmando un cheque, porque también estas haciendo una diferencia".
"Hay que ayudar a Haiti, que solo queda a una hora del maldito país mas rico del mundo".
El actor que organizó una subasta, animó a los invitados a participar en la misma, diciéndole a las mujeres "Dile al hombre que esta a tu lado, que esta noche no hay nada al menos que pague".
Los invitados lejos de ofenderse por las procacidades de Penn, estaban muertos de risa. Algunos decían que el discurso de Penn le puso "un poco de electricidad al acto".
Se subastaron cosas como derecho de ir detrás del escenario a conocer a Bono y paquetes deportivos para las olimpiadas de Londres.
La gala benéfica bautizada "Carnaval en Cannes" fue organizada por iniciativa de Thierry Frémeaux, el responsable de la selección de los filmes que compiten por la Palma de Oro, dijo Penn en una conferencia de prensa en el Palacio de Festivales. Cientos de miles de dólares fueron recaudados con la subasta organizada
El actor ha viajado constantemente a Haití y dijo que 450.000 personas estaban todavía sin hogar en Haití. "Pero por lo menos eso está por debajo de los 1,8 millones que quedaron sin hogar. Se han hecho enormes progresos con la reconstrucción de la infraestructura del país, pero la gente vive en tiendas de campaña en pisos de tierra, sin agua y el cólera se remate", dijo Penn.
Pero también dijo que los haitianos están "llenos de esperanza" y que las escuelas se están construyendo y que uno de los atractivos más espectaculares fue ver a los niños que se preparan para ir a la escuela.
Penn le ha pedido al presidente Barak Obama hacer "todo lo que pueda para ayudar a Haití a ponerse de pie.
Aporrea.org / Daily Mail
El actor con unos tragos de vodka encima, sorprendió a los invitados, con un discurso plagado de improperios.
"Al carajo los que dicen que tu solo estas firmando un cheque, porque también estas haciendo una diferencia".
"Hay que ayudar a Haiti, que solo queda a una hora del maldito país mas rico del mundo".
El actor que organizó una subasta, animó a los invitados a participar en la misma, diciéndole a las mujeres "Dile al hombre que esta a tu lado, que esta noche no hay nada al menos que pague".
Los invitados lejos de ofenderse por las procacidades de Penn, estaban muertos de risa. Algunos decían que el discurso de Penn le puso "un poco de electricidad al acto".
Se subastaron cosas como derecho de ir detrás del escenario a conocer a Bono y paquetes deportivos para las olimpiadas de Londres.
La gala benéfica bautizada "Carnaval en Cannes" fue organizada por iniciativa de Thierry Frémeaux, el responsable de la selección de los filmes que compiten por la Palma de Oro, dijo Penn en una conferencia de prensa en el Palacio de Festivales. Cientos de miles de dólares fueron recaudados con la subasta organizada
El actor ha viajado constantemente a Haití y dijo que 450.000 personas estaban todavía sin hogar en Haití. "Pero por lo menos eso está por debajo de los 1,8 millones que quedaron sin hogar. Se han hecho enormes progresos con la reconstrucción de la infraestructura del país, pero la gente vive en tiendas de campaña en pisos de tierra, sin agua y el cólera se remate", dijo Penn.
Pero también dijo que los haitianos están "llenos de esperanza" y que las escuelas se están construyendo y que uno de los atractivos más espectaculares fue ver a los niños que se preparan para ir a la escuela.
Penn le ha pedido al presidente Barak Obama hacer "todo lo que pueda para ayudar a Haití a ponerse de pie.
Aporrea.org / Daily Mail
viernes, 6 de abril de 2012
"Hunger" y la lucha de los presos en Irlanda del Norte
Hunger es una impactante película sobre la huelga de hambre de los prisioneros del IRA en 1981. El filme es dirigido por Steve McQueen, quien escribió el guión junto con Enda Walsh. Está basada en hechos reales y fue estrenada en 2008.
Hunger aborda la lucha de los reclusos republicanos por el reconocimiento de su condición de presos políticos. La de 1981 fue la continuación de otras huelgas y protestas, en las que los presos reclamaban por las condiciones inhumanas de su cautiverio.
La película, que tuvo buena recepción de la crítica y recibió varios premios, recrea la huelga de hambre de 1981, que se convirtió en un pulso entre los presos y el gobierno de Margaret Thatcher. Uno de los huelguistas, Bobby Sands, llegó a ser elegido parlamentario durante la protesta, lo que provocó el interés de la prensa. Sands y otros nueve huelguistas murieron.
Hunger aborda la lucha de los reclusos republicanos por el reconocimiento de su condición de presos políticos. La de 1981 fue la continuación de otras huelgas y protestas, en las que los presos reclamaban por las condiciones inhumanas de su cautiverio.
La película, que tuvo buena recepción de la crítica y recibió varios premios, recrea la huelga de hambre de 1981, que se convirtió en un pulso entre los presos y el gobierno de Margaret Thatcher. Uno de los huelguistas, Bobby Sands, llegó a ser elegido parlamentario durante la protesta, lo que provocó el interés de la prensa. Sands y otros nueve huelguistas murieron.
lunes, 26 de marzo de 2012
Cine británico sobre la época thatcherista
Todoporhacer.org
La década de 1980 fue una época muy jodida para pertenecer a la working class en el Reino Unido o en Estados Unidos, con Margaret Thatcher y Ronald Reagan llevando a cabo los ataques más viscerales de la historia (por ahora) contra los servicios sociales públicos. Si este Estado del bienestar es una conquista obrera o si se trata más bien de una serie de concesiones de la clase dirigente para calmar a las masas descontentas es un debate en el que no queremos entrar ahora; lo que queremos señalar es que la desaparición de las coberturas sociales, la destrucción de miles de empleos y la progresiva precarización de las vidas de quienes estaban en las filas de la clase obrera del momento marcó una época de miseria, desesperación y dolor, pero también de concienciación, movilizaciones, hermanamientos e ingenio para escapar de estas situaciones.
El cine realista social británico ha conseguido, de manera más que exitosa, retratar todos estos sentimientos y situaciones a través de la estética realista y la recreación – de forma comprometida – de historias a partir de lo cotidiano. Decía Leonardo Da Vinci en el siglo XV que “en cuanto nace la virtud, nace contra ella la envidia” y no podemos más que darle la razón al reconocer que es esto lo que sentimos cuando nos encontramos ante este movimiento cinematográfico cuya emulación no se ha podido llevar a cabo en España ni en ningún otro país de la misma forma.
El mayor representante de esta corriente es Ken Loach, director de Riff-raff (1990), cinta que retrata la vida de un trabajador escocés que trabaja de forma precaria (tanto es así que necesita okupar un apartamento vacío para tener una vivienda propia) para una constructora en Londres que, con tal de ahorrar costes, no pone todas las medidas de seguridad oportunas para garantizar la seguridad de sus empleados, al igual que ocurre con los trabajadores ferroviarios en su filme La Cuadrilla (2001). En Lloviendo Piedras (1993) retrata el drama del paro a través de la figura de un padre de familia cuarentón del norte de Inglaterra que hará lo que sea para comprar un vestido de comunión para su hija. Otros de los títulos vinculados a la temática de esta época que firma son La Canción de Carla (1996), Mi nombre es Joe (1998), Felices dieciséis (2002) y Buscando a Eric (2009). Todas sus películas se ruedan de forma natural, sin grandes recursos audiovisuales ni dramatismos más allá de las propias tragedias que viven sus personajes. Los obreros que aparecen no son grandes héroes a mitificar ni personas especialmente comprometidas (de hecho, una escena específica de Riff-raff puede herir la sensibilidad de aquéllos que reivindican los derechos de los animales); son gente normal y corriente, son las víctimas de las políticas neoliberales que se implementaron en su tiempo.
The Full Monty (Peter Canatteo, 1997) es una divertida comedia que relata la historia de seis obreros poco atractivos que deciden convertirse en strippers para ganar algo de dinero tras una ola de despidos en Sheffield (Inglaterra), una ciudad tradicionalmente vinculada con el sector de la metalurgia.
Otra película rodada en clave de comedia, aunque con algunos momentos realmente dramáticos, es Tocando el Viento (Mark Herman, 1996). En ella, una banda de música compuesta por mineros del norte de Inglaterra durante el gobierno de Thatcher sigue ensayando mientras, a su vez, se enfrentan al posible cierre de la mina, lo que supondría la pérdida de sus puestos de trabajo y la desaparición de dicha banda, una institución local con más de un siglo de historia.
Como otro filme sobre mineros podríamos citar Billy Elliot (Stephen Daldry, 2000). La historia principal gira en torno a un niño de 11 años que quiere ser un bailarín de ballet profesional y cómo esto complica la relación con su padre. Sin embargo, como telón de fondo, se encuentran las profundas dificultades que tiene que atravesar la familia, en la que todos los varones trabajan como mineros durante las huelgas del sector en la década de los 80. Mientras duran las huelgas, los mineros sobreviven como pueden durante semanas sin ingreso alguno y siendo apaleados por policías.
Por último, nos despedimos con una breve mención de This is England (Shane Meadows, 2006), un drama centrado en un grupo de skinheads en 1983. Refleja cómo el movimiento skinhead original fue infiltrado por organizaciones asociadas al nacionalismo blanco en algunos barrios obreros gracias a su ataque populista contra la guerra de las Malvinas y a su xenófobo discurso antiinmigración. Lo mejor: su banda sonora.
“¿Qué está haciendo Dios? Se lleva a John Lennon, se lleva a esos tres muchachos en Ainsley Pit y está pensando en llevarse a mi padre… ¿¡y la puta Margaret Thatcher vive!? ¿a qué está jugando?” – Phil, en Tocando al Viento (1996).
La década de 1980 fue una época muy jodida para pertenecer a la working class en el Reino Unido o en Estados Unidos, con Margaret Thatcher y Ronald Reagan llevando a cabo los ataques más viscerales de la historia (por ahora) contra los servicios sociales públicos. Si este Estado del bienestar es una conquista obrera o si se trata más bien de una serie de concesiones de la clase dirigente para calmar a las masas descontentas es un debate en el que no queremos entrar ahora; lo que queremos señalar es que la desaparición de las coberturas sociales, la destrucción de miles de empleos y la progresiva precarización de las vidas de quienes estaban en las filas de la clase obrera del momento marcó una época de miseria, desesperación y dolor, pero también de concienciación, movilizaciones, hermanamientos e ingenio para escapar de estas situaciones.
El cine realista social británico ha conseguido, de manera más que exitosa, retratar todos estos sentimientos y situaciones a través de la estética realista y la recreación – de forma comprometida – de historias a partir de lo cotidiano. Decía Leonardo Da Vinci en el siglo XV que “en cuanto nace la virtud, nace contra ella la envidia” y no podemos más que darle la razón al reconocer que es esto lo que sentimos cuando nos encontramos ante este movimiento cinematográfico cuya emulación no se ha podido llevar a cabo en España ni en ningún otro país de la misma forma.
El mayor representante de esta corriente es Ken Loach, director de Riff-raff (1990), cinta que retrata la vida de un trabajador escocés que trabaja de forma precaria (tanto es así que necesita okupar un apartamento vacío para tener una vivienda propia) para una constructora en Londres que, con tal de ahorrar costes, no pone todas las medidas de seguridad oportunas para garantizar la seguridad de sus empleados, al igual que ocurre con los trabajadores ferroviarios en su filme La Cuadrilla (2001). En Lloviendo Piedras (1993) retrata el drama del paro a través de la figura de un padre de familia cuarentón del norte de Inglaterra que hará lo que sea para comprar un vestido de comunión para su hija. Otros de los títulos vinculados a la temática de esta época que firma son La Canción de Carla (1996), Mi nombre es Joe (1998), Felices dieciséis (2002) y Buscando a Eric (2009). Todas sus películas se ruedan de forma natural, sin grandes recursos audiovisuales ni dramatismos más allá de las propias tragedias que viven sus personajes. Los obreros que aparecen no son grandes héroes a mitificar ni personas especialmente comprometidas (de hecho, una escena específica de Riff-raff puede herir la sensibilidad de aquéllos que reivindican los derechos de los animales); son gente normal y corriente, son las víctimas de las políticas neoliberales que se implementaron en su tiempo.
The Full Monty (Peter Canatteo, 1997) es una divertida comedia que relata la historia de seis obreros poco atractivos que deciden convertirse en strippers para ganar algo de dinero tras una ola de despidos en Sheffield (Inglaterra), una ciudad tradicionalmente vinculada con el sector de la metalurgia.
Otra película rodada en clave de comedia, aunque con algunos momentos realmente dramáticos, es Tocando el Viento (Mark Herman, 1996). En ella, una banda de música compuesta por mineros del norte de Inglaterra durante el gobierno de Thatcher sigue ensayando mientras, a su vez, se enfrentan al posible cierre de la mina, lo que supondría la pérdida de sus puestos de trabajo y la desaparición de dicha banda, una institución local con más de un siglo de historia.
Como otro filme sobre mineros podríamos citar Billy Elliot (Stephen Daldry, 2000). La historia principal gira en torno a un niño de 11 años que quiere ser un bailarín de ballet profesional y cómo esto complica la relación con su padre. Sin embargo, como telón de fondo, se encuentran las profundas dificultades que tiene que atravesar la familia, en la que todos los varones trabajan como mineros durante las huelgas del sector en la década de los 80. Mientras duran las huelgas, los mineros sobreviven como pueden durante semanas sin ingreso alguno y siendo apaleados por policías.
Por último, nos despedimos con una breve mención de This is England (Shane Meadows, 2006), un drama centrado en un grupo de skinheads en 1983. Refleja cómo el movimiento skinhead original fue infiltrado por organizaciones asociadas al nacionalismo blanco en algunos barrios obreros gracias a su ataque populista contra la guerra de las Malvinas y a su xenófobo discurso antiinmigración. Lo mejor: su banda sonora.
viernes, 16 de marzo de 2012
George Clooney es detenido en una protesta contra el gobierno de Sudán
El actor fue esposado por la policía en una manifestación que fue ampliamente seguida por los medios de comunicación, que grabaron cuando se acercó tranquilo hacia los agentes y con una media sonrisa recibió los grilletes.
El actor George Clooney fue detenido este viernes en una protesta ante la embajada de Sudán en la que se acusaba al presidente sudanés, Omar al-Bashir, de provocar una crisis humanitaria por bloquear el acceso de comida y ayuda en la región de las montañas de Nuba, en la frontera con Sudán del Sur.
Clooney fue esposado por la policía en una manifestación que fue ampliamente seguida por los medios de comunicación, que grabaron cómo el actor se acercó tranquilo hacia los agentes y con una media sonrisa recibió los grilletes.
Los manifestantes denunciaron los bombardeos, la violencia y el uso de comida como "arma de guerra" que estaría utilizando el Gobierno de Sudán "contra hombres, mujeres y niños inocentes" en el sur de la región de Kordofan, un área de fronteras poco definidas entre Sudán y su vecino Sudán del Sur.
El objetivo de esta protesta era llamar la atención del Gobierno estadounidense y de los líderes mundiales para detener la violencia en la región y prevenir una catástrofe humanitaria.
En la manifestación, organizada por la National Asociation for the Advancement of Colored People (NAACP), también participaron su presidente, Ben Jealous, y el congresista demócrata Jim Moran.
El actor, un ferviente activista a favor de los derechos de los habitantes de Sudán del Sur, pidió esta semana al presidente de EE.UU., Barack Obama, que convenza al gobierno de China para que se una a la presión internacional a fin de que el gobierno sudanés permita que ingrese la ayuda en la frontera sur del país para paliar la hambruna.
El pasado miércoles Clooney compareció ante el Congreso de EE.UU. para advertir sobre la situación de Sudán del Sur, donde alertó que la población está siendo masacrada e instó a que se aprueben sanciones contra el Gobierno sudanés.
Clooney ha viajado a las montañas sudanesas de Nuba, en Kordofán del Sur, donde, según dijo, los habitantes han huido a las cuevas que allí se encuentran "para seguir con vida".
El actor prepara un documental con John Prendergast, cofundador de Enough Project, una ONG creada para luchar contra el genocidio y los crímenes contra la humanidad, en el que muestran la violencia que sufren los civiles por parte de las Fuerzas Armadas sudanesas, que llevan a cabo bombardeos aéreos en las montañas de Nuba con fines de limpieza étnica, denunció.
"Vamos a continuar haciendo videos para que puedan estar disponibles para la gente. Sudán tiene una infraestructura de ayudas mucho más fuerte que otras zonas deprimidas. Se ha mantenido a través de los años, pero nuestro trabajo es ampliar su presencia y su importancia", dijo en la audiencia.
En 2010 Clooney cofundó el Proyecto Satélite Centinela, cuyo objetivo es captar imágenes de las atrocidades que se llevan a cabo en el interior de Sudán.
EFE
El actor George Clooney fue detenido este viernes en una protesta ante la embajada de Sudán en la que se acusaba al presidente sudanés, Omar al-Bashir, de provocar una crisis humanitaria por bloquear el acceso de comida y ayuda en la región de las montañas de Nuba, en la frontera con Sudán del Sur.
Clooney fue esposado por la policía en una manifestación que fue ampliamente seguida por los medios de comunicación, que grabaron cómo el actor se acercó tranquilo hacia los agentes y con una media sonrisa recibió los grilletes.
Los manifestantes denunciaron los bombardeos, la violencia y el uso de comida como "arma de guerra" que estaría utilizando el Gobierno de Sudán "contra hombres, mujeres y niños inocentes" en el sur de la región de Kordofan, un área de fronteras poco definidas entre Sudán y su vecino Sudán del Sur.
El objetivo de esta protesta era llamar la atención del Gobierno estadounidense y de los líderes mundiales para detener la violencia en la región y prevenir una catástrofe humanitaria.
En la manifestación, organizada por la National Asociation for the Advancement of Colored People (NAACP), también participaron su presidente, Ben Jealous, y el congresista demócrata Jim Moran.
El actor, un ferviente activista a favor de los derechos de los habitantes de Sudán del Sur, pidió esta semana al presidente de EE.UU., Barack Obama, que convenza al gobierno de China para que se una a la presión internacional a fin de que el gobierno sudanés permita que ingrese la ayuda en la frontera sur del país para paliar la hambruna.
El pasado miércoles Clooney compareció ante el Congreso de EE.UU. para advertir sobre la situación de Sudán del Sur, donde alertó que la población está siendo masacrada e instó a que se aprueben sanciones contra el Gobierno sudanés.
Clooney ha viajado a las montañas sudanesas de Nuba, en Kordofán del Sur, donde, según dijo, los habitantes han huido a las cuevas que allí se encuentran "para seguir con vida".
El actor prepara un documental con John Prendergast, cofundador de Enough Project, una ONG creada para luchar contra el genocidio y los crímenes contra la humanidad, en el que muestran la violencia que sufren los civiles por parte de las Fuerzas Armadas sudanesas, que llevan a cabo bombardeos aéreos en las montañas de Nuba con fines de limpieza étnica, denunció.
"Vamos a continuar haciendo videos para que puedan estar disponibles para la gente. Sudán tiene una infraestructura de ayudas mucho más fuerte que otras zonas deprimidas. Se ha mantenido a través de los años, pero nuestro trabajo es ampliar su presencia y su importancia", dijo en la audiencia.
En 2010 Clooney cofundó el Proyecto Satélite Centinela, cuyo objetivo es captar imágenes de las atrocidades que se llevan a cabo en el interior de Sudán.
EFE
sábado, 3 de marzo de 2012
W. O Dios bendiga a Oliver Stone
Por Cartelera DVD
Hay quien la ha calificado como parodia. Podría serlo por la musicalización con la bellísima melodía A Wonderful World, o las escenas en un campo de beisbol, deporte tan apreciado en el cine y el sutil gusto "de los americanos", como les cantó Alberto Cortés.
Pero la personificación de Condoleeza Rice, Tony Blair los Bush, padre e hijos, George y Jeb, el militar Colin Powell y otros actores de la peor ralea, del fanatismo y la sumisión al dinero y al poder de la clase política republicana de los Estados Unidos, hacen que las pinceladas de humor solo maticen un poco el intenso drama que se desarrolla en pantalla y que no es sino un pálido reflejo de más de un millón de muertos y mutilados en una guerra que todo un planeta quiso evitar, sin éxito alguno.
Alguien que no alcanzó a ser personificado fue el enano José María Aznar, quizá porque Stone no alcanzó a conocer los daños que le ha causado a México como gestor de las empresas que construyen macrovías en lugar de trenes elevados u otras soluciones socialmente responsables. No es una anotación gratuita, si lo tenemos aquí es porque sus juegos de guerra no le sirvieron siquiera para obtener los contratos de reconstrucción que pretendía, luego de avalar los bombardeos sobre Irak.
Como en JFK, Oliver Stone (además de renovar su gusto por los nombres sintéticos) hace una dramatización de hechos reales para documentar uno de los pasajes más dramáticos del Siglo XXI. Para hacernos mostrar su repudio a uno de los peores presidentes en la historia del planeta, lo más que hace es mostrarlo comiendo con gran ansiedad y hablando con la boca llena, lo que de paso justifica la anécdota rigurosamente cierta del desmayo que sufrió George W. cuando se le atoró un pretzel por gritar durante un encuentro deportivo que presenciaba por televisión.
Excelentemente caracterizada por Josh Brolin, quien solo ganó un modesto premio en Hollywood, la película fue terriblemente subestimada, está pésimamente calificada por los usuarios de la base de datos de Internet Movies, donde apenas superaba el seis a dos años de su estreno.
Con todo, ante la repetición de las estrategias propagandísticas republicanas, ahora con el pretexto del peligro nuclear iraní, la película W se vuelve de revisión obligada no solo para los cinéfilos, sino para los políticos, los analistas, los pacifistas, los estudiantes de sicología, los dirigentes de alcohólicos anónimos, los internacionalistas y en fin, para todo ser humano interesado en que un puñado de imbéciles que hablan inglés, hebreo o parsi decidan por toda la humanidad.
La discriminación que sufrió W por la Academia, por los críticos y por los propios cinéfilos, los premios que se le negaron no deben hacernos prescindir de una revisión crítica e incluso como arma de contrapropaganda ante los juegos de guerra que al iniciar 2012 se han estado intensificando.
Un tratado de desarme nuclear en el oriente, cuna del paraíso, según los estudios rabínicos que lo colocan entre dos ríos, el Tigris y el Eufrates puede ser una solución, escalar las tensiones, el inicio de la tercera y última guerra mundial.
Por eso, más alla de su calidad cinematográfica o de los recursos dramáticos que haya empleado Oliver Stone para tratar de explicarse porque la inútil guerra con Irak, como el de W, tratando de superar lo que el padre no se atrevió a hacer en la guerra del golfo, es una cinta imprescindible.
Ni por sus premios, ni por la calificación de los cinéfilos, W pasará a la historia cinematográfica, pero por el hecho de haberla realizado, Oliver Stone merece el mejor de los galardones: Que Dios lo bendiga.
Tomado de: www.carteleradvd.blogspot.com
Hay quien la ha calificado como parodia. Podría serlo por la musicalización con la bellísima melodía A Wonderful World, o las escenas en un campo de beisbol, deporte tan apreciado en el cine y el sutil gusto "de los americanos", como les cantó Alberto Cortés.
Pero la personificación de Condoleeza Rice, Tony Blair los Bush, padre e hijos, George y Jeb, el militar Colin Powell y otros actores de la peor ralea, del fanatismo y la sumisión al dinero y al poder de la clase política republicana de los Estados Unidos, hacen que las pinceladas de humor solo maticen un poco el intenso drama que se desarrolla en pantalla y que no es sino un pálido reflejo de más de un millón de muertos y mutilados en una guerra que todo un planeta quiso evitar, sin éxito alguno.
Alguien que no alcanzó a ser personificado fue el enano José María Aznar, quizá porque Stone no alcanzó a conocer los daños que le ha causado a México como gestor de las empresas que construyen macrovías en lugar de trenes elevados u otras soluciones socialmente responsables. No es una anotación gratuita, si lo tenemos aquí es porque sus juegos de guerra no le sirvieron siquiera para obtener los contratos de reconstrucción que pretendía, luego de avalar los bombardeos sobre Irak.
Como en JFK, Oliver Stone (además de renovar su gusto por los nombres sintéticos) hace una dramatización de hechos reales para documentar uno de los pasajes más dramáticos del Siglo XXI. Para hacernos mostrar su repudio a uno de los peores presidentes en la historia del planeta, lo más que hace es mostrarlo comiendo con gran ansiedad y hablando con la boca llena, lo que de paso justifica la anécdota rigurosamente cierta del desmayo que sufrió George W. cuando se le atoró un pretzel por gritar durante un encuentro deportivo que presenciaba por televisión.
Excelentemente caracterizada por Josh Brolin, quien solo ganó un modesto premio en Hollywood, la película fue terriblemente subestimada, está pésimamente calificada por los usuarios de la base de datos de Internet Movies, donde apenas superaba el seis a dos años de su estreno.
Con todo, ante la repetición de las estrategias propagandísticas republicanas, ahora con el pretexto del peligro nuclear iraní, la película W se vuelve de revisión obligada no solo para los cinéfilos, sino para los políticos, los analistas, los pacifistas, los estudiantes de sicología, los dirigentes de alcohólicos anónimos, los internacionalistas y en fin, para todo ser humano interesado en que un puñado de imbéciles que hablan inglés, hebreo o parsi decidan por toda la humanidad.
La discriminación que sufrió W por la Academia, por los críticos y por los propios cinéfilos, los premios que se le negaron no deben hacernos prescindir de una revisión crítica e incluso como arma de contrapropaganda ante los juegos de guerra que al iniciar 2012 se han estado intensificando.
Un tratado de desarme nuclear en el oriente, cuna del paraíso, según los estudios rabínicos que lo colocan entre dos ríos, el Tigris y el Eufrates puede ser una solución, escalar las tensiones, el inicio de la tercera y última guerra mundial.
Por eso, más alla de su calidad cinematográfica o de los recursos dramáticos que haya empleado Oliver Stone para tratar de explicarse porque la inútil guerra con Irak, como el de W, tratando de superar lo que el padre no se atrevió a hacer en la guerra del golfo, es una cinta imprescindible.
Ni por sus premios, ni por la calificación de los cinéfilos, W pasará a la historia cinematográfica, pero por el hecho de haberla realizado, Oliver Stone merece el mejor de los galardones: Que Dios lo bendiga.
Tomado de: www.carteleradvd.blogspot.com
viernes, 17 de febrero de 2012
La gira solidaria de Sean Penn en América Latina
El actor estadounidense Sean Penn visitó el jueves al presidente Hugo Chávez, a quien agradeció el apoyo financiero que dio a su organización benéfica en Haití, y criticó que los republicanos utilicen el tema de Venezuela en la campaña electoral.
Sean “es un buen amigo, no sólo nuestro, de la causa de la humanidad, de la paz en el mundo”, dijo Chávez durante la graduación de unos 1.200 estudiantes de medicina comunitaria, a la que asistió el actor antes de un encuentro privado entre ambos.
El mandatario venezolano destacó que el actor “ha asumido esta tarea de ser un embajador itinerante del pueblo de Haití, con el que tenemos nosotros un compromiso muy grande de ayuda, de cooperación”.
El actor ganador del Óscar ha participado personalmente en proyectos humanitarios en Haití, por lo que agradeció la ayuda de Chávez.
“Es un gran honor estar aquí, estoy trabajando con una organización en Haití, que comenzó como una organización médica, y que empezó a trabajar gracias al apoyo del presidente Chávez y Venezuela”, dijo Penn, quien en enero fue nombrado embajador itinerante para Haití por el presidente haitiano Michel Martelly en reconocimiento por su labor humanitaria en el país caribeño desde el devastador terremoto de 2010.
El actor estadounidense condenó, durante la visita al palacio presidencial donde se reunió con Chávez, que se utilice al mandatario venezolano en la campaña electoral de los precandidatos republicanos, y señaló que eso no debería ocurrir.
Penn dijo a la prensa, a través de un intérprete, que es difícil predecir lo que pasará en las elecciones estadounidenses de este año, pero reconoció que era obvio para el pueblo de Estados Unidos que “las políticas de la extrema derecha son las políticas de los ricos, y que eso lleva a la exclusión de las clases medias y los pobres, y que ninguna sociedad tiene un futuro con esas bases”.
El actor abogó por un acercamiento entre el liderazgo estadounidense y Chávez para “compartir y aprender unos de otros”.
Asistido por un intérprete, Penn compartió una anécdota con los graduados: “Una vez, tuve el privilegio de presentarle a mis hijos al presidente Fidel Castro y cuando se tomó la foto parado en medio de ellos, le dije: ‘Mire presidente, en los Estados Unidos me van a atacar, (van a decir) que estoy educando a mis hijos como socialistas revolucionarios”.
Chávez exhortó a Penn a que hable con el expresidente Bill Clinton para trabajar conjuntamente en la ayuda para Haití, y se comprometió a colaborar con el actor para organizar un concierto a fin de reunir fondos para el pueblo haitiano.
Penn se ha reunido en varias ocasiones con Chávez y otros líderes de la región para crear consciencia sobre los problemas de Haití, uno de los países más pobres del mundo.
La organización humanitaria Jenkins-Penn en Haití, creada tras el sismo del 12 de enero del 2010, recibe ayuda financiera del gobierno venezolano y de la armada estadounidense. Penn ha destacado que eso es una muestra de que Estados Unidos y Venezuela pueden trabajar en conjunto, pese a sus frecuentes roces y limitados contactos diplomáticos. Estados Unidos y Venezuela no tienen embajadores en sus respectivas misiones diplomáticas.
Chávez ha elogiado a Penn por su posición crítica contra la política exterior de Estados Unidos y detalló que el apoyo a Haití de parte del gobierno venezolano es para la formación en medicina, producción de alimentos y desarrollo.
El artista estuvo en Caracas hace menos de quince días, cuando acompañó al presidente haitiano, Michel Martelly, a la reunión que éste mantuvo con Chávez en el palacio presidencial de Miraflores, antes de que se celebrara la cumbre de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA). “Yo creo que Sean Penn es del ALBA”, bromeó Chávez.
Después de compartir aquel encuentro con los médicos, Sean Penn se trasladó con Chávez a Miraflores para dar más detalles de lo que necesita Haití. El actor comenzó el lunes una gira por distintos países latinoamericanos para solicitar ayuda para Haití, devastado tras un terremoto que en enero de 2010 sacudió la isla y dejó 316 mil muertos y un número similar de heridos.
Con Evo Morales
El actor estuvo, primero, en la Argentina, donde se encontró con la presidenta Cristina Kirchner, y luego en Uruguay, donde visitó a Mujica. El miércoles, se reunió en Bolivia con Evo Morales. “Es muy importante visitar varios países de Latinoamérica porque Haití ha tenido una historia terrible, porque se tropezó con su propia destrucción”, le dijo a la prensa boliviana.
El actor estadounidense dijo a los medios de comunicación que la historia de Haití “es terrible porque se ha tropezado con su propia destrucción tras el terremoto de hace dos años y necesita a países amigos de América Latina con movimientos progresistas y liderazgos de la gente”.
Penn subrayó los éxitos sociales de los bolivianos, “algo que puede servir de ejemplo a los haitianos”. El intérprete ayudó con su trabajo a reconstruir Haití tras el sismo que causó unos 300 mil muertos.
El protagonista de “Mistic River” expresó su confianza en los “países amigos” para fortalecer su solidaridad con Haití, “el tipo de solidaridad, por ejemplo, que Bolivia realmente debe esperar de (otros) países, como por ejemplo, Chile”.
De esta manera tangencial, posiblemente Penn aludía a un antiguo conflicto: la demanda boliviana a Chile de una restitución de la salida al océano Pacífico, que perdió en la guerra que ambos países (más Perú) mantuvieron a finales del siglo XIX.
Por su parte, el presidente boliviano Evo Morales destacó la labor humanitaria del actor y dijo que le impresionó que en cierta ocasión se declarara “socialista”, por lo que le ratificó su respeto.
Sean “es un buen amigo, no sólo nuestro, de la causa de la humanidad, de la paz en el mundo”, dijo Chávez durante la graduación de unos 1.200 estudiantes de medicina comunitaria, a la que asistió el actor antes de un encuentro privado entre ambos.
El mandatario venezolano destacó que el actor “ha asumido esta tarea de ser un embajador itinerante del pueblo de Haití, con el que tenemos nosotros un compromiso muy grande de ayuda, de cooperación”.
El actor ganador del Óscar ha participado personalmente en proyectos humanitarios en Haití, por lo que agradeció la ayuda de Chávez.
“Es un gran honor estar aquí, estoy trabajando con una organización en Haití, que comenzó como una organización médica, y que empezó a trabajar gracias al apoyo del presidente Chávez y Venezuela”, dijo Penn, quien en enero fue nombrado embajador itinerante para Haití por el presidente haitiano Michel Martelly en reconocimiento por su labor humanitaria en el país caribeño desde el devastador terremoto de 2010.
El actor estadounidense condenó, durante la visita al palacio presidencial donde se reunió con Chávez, que se utilice al mandatario venezolano en la campaña electoral de los precandidatos republicanos, y señaló que eso no debería ocurrir.
Penn dijo a la prensa, a través de un intérprete, que es difícil predecir lo que pasará en las elecciones estadounidenses de este año, pero reconoció que era obvio para el pueblo de Estados Unidos que “las políticas de la extrema derecha son las políticas de los ricos, y que eso lleva a la exclusión de las clases medias y los pobres, y que ninguna sociedad tiene un futuro con esas bases”.
El actor abogó por un acercamiento entre el liderazgo estadounidense y Chávez para “compartir y aprender unos de otros”.
Asistido por un intérprete, Penn compartió una anécdota con los graduados: “Una vez, tuve el privilegio de presentarle a mis hijos al presidente Fidel Castro y cuando se tomó la foto parado en medio de ellos, le dije: ‘Mire presidente, en los Estados Unidos me van a atacar, (van a decir) que estoy educando a mis hijos como socialistas revolucionarios”.
Chávez exhortó a Penn a que hable con el expresidente Bill Clinton para trabajar conjuntamente en la ayuda para Haití, y se comprometió a colaborar con el actor para organizar un concierto a fin de reunir fondos para el pueblo haitiano.
Penn se ha reunido en varias ocasiones con Chávez y otros líderes de la región para crear consciencia sobre los problemas de Haití, uno de los países más pobres del mundo.
La organización humanitaria Jenkins-Penn en Haití, creada tras el sismo del 12 de enero del 2010, recibe ayuda financiera del gobierno venezolano y de la armada estadounidense. Penn ha destacado que eso es una muestra de que Estados Unidos y Venezuela pueden trabajar en conjunto, pese a sus frecuentes roces y limitados contactos diplomáticos. Estados Unidos y Venezuela no tienen embajadores en sus respectivas misiones diplomáticas.
Chávez ha elogiado a Penn por su posición crítica contra la política exterior de Estados Unidos y detalló que el apoyo a Haití de parte del gobierno venezolano es para la formación en medicina, producción de alimentos y desarrollo.
El artista estuvo en Caracas hace menos de quince días, cuando acompañó al presidente haitiano, Michel Martelly, a la reunión que éste mantuvo con Chávez en el palacio presidencial de Miraflores, antes de que se celebrara la cumbre de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA). “Yo creo que Sean Penn es del ALBA”, bromeó Chávez.
Después de compartir aquel encuentro con los médicos, Sean Penn se trasladó con Chávez a Miraflores para dar más detalles de lo que necesita Haití. El actor comenzó el lunes una gira por distintos países latinoamericanos para solicitar ayuda para Haití, devastado tras un terremoto que en enero de 2010 sacudió la isla y dejó 316 mil muertos y un número similar de heridos.
Con Evo Morales
El actor estuvo, primero, en la Argentina, donde se encontró con la presidenta Cristina Kirchner, y luego en Uruguay, donde visitó a Mujica. El miércoles, se reunió en Bolivia con Evo Morales. “Es muy importante visitar varios países de Latinoamérica porque Haití ha tenido una historia terrible, porque se tropezó con su propia destrucción”, le dijo a la prensa boliviana.
El actor estadounidense dijo a los medios de comunicación que la historia de Haití “es terrible porque se ha tropezado con su propia destrucción tras el terremoto de hace dos años y necesita a países amigos de América Latina con movimientos progresistas y liderazgos de la gente”.
Penn subrayó los éxitos sociales de los bolivianos, “algo que puede servir de ejemplo a los haitianos”. El intérprete ayudó con su trabajo a reconstruir Haití tras el sismo que causó unos 300 mil muertos.
El protagonista de “Mistic River” expresó su confianza en los “países amigos” para fortalecer su solidaridad con Haití, “el tipo de solidaridad, por ejemplo, que Bolivia realmente debe esperar de (otros) países, como por ejemplo, Chile”.
De esta manera tangencial, posiblemente Penn aludía a un antiguo conflicto: la demanda boliviana a Chile de una restitución de la salida al océano Pacífico, que perdió en la guerra que ambos países (más Perú) mantuvieron a finales del siglo XIX.
Por su parte, el presidente boliviano Evo Morales destacó la labor humanitaria del actor y dijo que le impresionó que en cierta ocasión se declarara “socialista”, por lo que le ratificó su respeto.
En Argentina y Uruguay
En su reunión con el presidente uruguayo, José Mujica, en Montevideo calificó de “insensible, militarista y abusiva la posición del Reino Unido” respecto al conflicto por la soberanía de las islas Malvinas con Argentina y lamentó que la prensa inglesa apostara “por la guerra y no la diplomacia”.
Días antes, en Buenos Aires, había criticado el colonialismo aunque también abogó por la vía diplomática para resolver el conflicto de las Malvinas, tras reunirse con la presidenta argentina, Cristina Fernández.
“Apoyo todas las relaciones diplomáticas que vayan a ocurrir y que deben ser la única salida posible”, afirmó Penn tras el encuentro en la Casa Rosada, sede del gobierno argentino.
“Es necesario que haya contactos diplomáticos entre Reino Unido y Argentina. El mundo no puede tolerar enfoques arcaicos que apunten a la continuidad del colonialismo”, añadió el actor.
Sin embargo, la prensa británica criticó estas palabras y, en su estancia en Uruguay, Penn cargó contra estas críticas y manifestó que “no imaginaba lo sensible que es la gente con el tema del colonialismo, especialmente aquellos que desarrollan el colonialismo”.
El intérprete indicó que, como “americano orgulloso” y como “orgulloso aliado del Reino Unido”, sentía el deber de criticar las actividades de su Gobierno cuando están equivocadas.
“Hay muchas clases de colonialismo y hace falta tener un comportamiento muy inocente para creer que el Reino Unido tomara la decisión de enviar un príncipe militar a las Malvinas sin saber la sensibilidad emocional que genera en los padres de ambos países que perdieron hijos en una guerra por una isla poblada por tan pocas personas”, apuntó Penn, gran defensor de los derechos humanos, al tiempo que lamentaba que algunos países acepten aún los “residuos del colonialismo”.
En su reunión con el presidente uruguayo, José Mujica, en Montevideo calificó de “insensible, militarista y abusiva la posición del Reino Unido” respecto al conflicto por la soberanía de las islas Malvinas con Argentina y lamentó que la prensa inglesa apostara “por la guerra y no la diplomacia”.
Días antes, en Buenos Aires, había criticado el colonialismo aunque también abogó por la vía diplomática para resolver el conflicto de las Malvinas, tras reunirse con la presidenta argentina, Cristina Fernández.
“Apoyo todas las relaciones diplomáticas que vayan a ocurrir y que deben ser la única salida posible”, afirmó Penn tras el encuentro en la Casa Rosada, sede del gobierno argentino.
“Es necesario que haya contactos diplomáticos entre Reino Unido y Argentina. El mundo no puede tolerar enfoques arcaicos que apunten a la continuidad del colonialismo”, añadió el actor.
Sin embargo, la prensa británica criticó estas palabras y, en su estancia en Uruguay, Penn cargó contra estas críticas y manifestó que “no imaginaba lo sensible que es la gente con el tema del colonialismo, especialmente aquellos que desarrollan el colonialismo”.
El intérprete indicó que, como “americano orgulloso” y como “orgulloso aliado del Reino Unido”, sentía el deber de criticar las actividades de su Gobierno cuando están equivocadas.
“Hay muchas clases de colonialismo y hace falta tener un comportamiento muy inocente para creer que el Reino Unido tomara la decisión de enviar un príncipe militar a las Malvinas sin saber la sensibilidad emocional que genera en los padres de ambos países que perdieron hijos en una guerra por una isla poblada por tan pocas personas”, apuntó Penn, gran defensor de los derechos humanos, al tiempo que lamentaba que algunos países acepten aún los “residuos del colonialismo”.
martes, 14 de febrero de 2012
Sean Penn a favor de Argentina en la disputa por las islas Malvinas
Sean Penn se encontró con la presidenta argentina, Cristina Kirchner, el lunes y tras el encuentro afirmó que Gran Bretaña debería involucrarse en la discusión moderada por la ONU sobre lo que el actor ha denominado “las Islas Malvinas de Argentina”.
Penn declaró que “el mundo de hoy no va a tolerar ningún tipo de apoyo absurdo y arcaico de ideologías colonialistas”.
Gran Bretaña ha rechazado negociar y ha aumentado la defensa militar de las islas en víspera del 30 aniversario de la Guerra de las Malvinas, esfuerzo fallido de Argentina por tomar el control del archipiélago.
Penn dice que la diplomacia es la única solución viable para esta disputa territorial.
Cubadebate/RT Noticias
Penn declaró que “el mundo de hoy no va a tolerar ningún tipo de apoyo absurdo y arcaico de ideologías colonialistas”.
Gran Bretaña ha rechazado negociar y ha aumentado la defensa militar de las islas en víspera del 30 aniversario de la Guerra de las Malvinas, esfuerzo fallido de Argentina por tomar el control del archipiélago.
Penn dice que la diplomacia es la única solución viable para esta disputa territorial.
Cubadebate/RT Noticias
martes, 31 de enero de 2012
Falleció Antxón Eceiza, cineasta comunista vasco
El director Antxon Eceiza, histórico del cine vasco, ha fallecido el 16 de noviembre pasado en su San Sebastián natal a los 76 años después de una larga enfermedad. Comenzó rodando documentales junto a Elías Querejeta, hasta que el exilio en México por motivos políticos partió su carrera cinematográfica. Autor de entre otros largometrajes 'El próximo otoño' (1967), 'Las secretas intenciones' (1969) y 'Días de humo' (1989), Eceiza produjo una serie de filmes bautizados Ikuska, con los que se pretendía cubrir la formación de técnicos y la realización de cine en euskera.
El realizador donostiarra recibió en 2003 el premio Ama Lur el día que el Festival de San Sebastián dedica al cine vasco. Llevaba inactivo desde hacía casi una década, cuando estrenó la apenas vista ‘Felicidades Tovarich’ (1995), con Francisco Rabal y Ruth Gabriel. En una entrevista a El Correo, reconocía entonces que, en materia de cine, el País Vasco era "el Tercer Mundo". "Hace treinta años pedí que se oyesen todas las voces, que no se limitara el cine vasco al rodado en euskera o al hecho por productoras vascas".
Eceiza confesaba haber llevado una existencia plena dedicada a las películas: "No sé si he tenido logros artísticos, pero sí una vida interesante en la que he cobrado por hacer lo que me gustaba". Y retaba a las productoras, que nunca más le dieron trabajo: "Estoy a su disposición. Sigo libre, fuerte y joven".
El realizador donostiarra recibió en 2003 el premio Ama Lur el día que el Festival de San Sebastián dedica al cine vasco. Llevaba inactivo desde hacía casi una década, cuando estrenó la apenas vista ‘Felicidades Tovarich’ (1995), con Francisco Rabal y Ruth Gabriel. En una entrevista a El Correo, reconocía entonces que, en materia de cine, el País Vasco era "el Tercer Mundo". "Hace treinta años pedí que se oyesen todas las voces, que no se limitara el cine vasco al rodado en euskera o al hecho por productoras vascas".
Eceiza confesaba haber llevado una existencia plena dedicada a las películas: "No sé si he tenido logros artísticos, pero sí una vida interesante en la que he cobrado por hacer lo que me gustaba". Y retaba a las productoras, que nunca más le dieron trabajo: "Estoy a su disposición. Sigo libre, fuerte y joven".
Fuente: http://euskalherriasozialista.blogspot.com
miércoles, 18 de enero de 2012
"Vietnam: los archivos perdidos"
Nueva serie de History Channel
Sinopsis de los episodios:
El inicio & busca y destruye, miércoles 18 de enero
En 1965 la Operación Rolling Thunder ruge en el cielo y en los suelos de Vietnam del Norte por parte de las tropas estadounidenses. Los soldados estadounidenses son superados en número en el valle de Ia Drang; esta es la primera gran batalla de la guerra. Charles Brown lucha por su supervivencia en las laderas de la sangrienta Colina 875. En Estados Unidos el público comienza a cuestionar la estrategia militar que está siendo aplicada
La ofensiva & guerra infinita, jueves 19 de enero
El enemigo gana terreno con la Ofensiva del Tet, una operación militar que ataca por sorpresa a los estadounidenses. En Khe Sanh y Pleiku, las tropas gringas montan una contraofensiva mientras que en casa, el fervor antiguerra se enciende. En la selva amarga de la Colina 484, Karl Marlantes lucha por su vida. Arthur Wiknik comanda el combate de Hamburger Hill.
Cambios & paz con honor, viernes 20 de enero
La retirada de las tropas estadounidenses comienza mientras que sus aliados se hacen cargo de la guerra. Gery Benedetti patrulla las aguas hostiles del Delta del Mekong. James Anderson comanda a un batallón en Camboya después de una controvertida orden de Nixon. Don DeVore lucha por sobrevivir a un feroz ataque de noche. Los últimos soldados estadounidenses regresen a casa y la caída de Saigón trae consigo la unificación de Vietnam.
Sinopsis de los episodios:
El inicio & busca y destruye, miércoles 18 de enero
En 1965 la Operación Rolling Thunder ruge en el cielo y en los suelos de Vietnam del Norte por parte de las tropas estadounidenses. Los soldados estadounidenses son superados en número en el valle de Ia Drang; esta es la primera gran batalla de la guerra. Charles Brown lucha por su supervivencia en las laderas de la sangrienta Colina 875. En Estados Unidos el público comienza a cuestionar la estrategia militar que está siendo aplicada
La ofensiva & guerra infinita, jueves 19 de enero
El enemigo gana terreno con la Ofensiva del Tet, una operación militar que ataca por sorpresa a los estadounidenses. En Khe Sanh y Pleiku, las tropas gringas montan una contraofensiva mientras que en casa, el fervor antiguerra se enciende. En la selva amarga de la Colina 484, Karl Marlantes lucha por su vida. Arthur Wiknik comanda el combate de Hamburger Hill.
Cambios & paz con honor, viernes 20 de enero
La retirada de las tropas estadounidenses comienza mientras que sus aliados se hacen cargo de la guerra. Gery Benedetti patrulla las aguas hostiles del Delta del Mekong. James Anderson comanda a un batallón en Camboya después de una controvertida orden de Nixon. Don DeVore lucha por sobrevivir a un feroz ataque de noche. Los últimos soldados estadounidenses regresen a casa y la caída de Saigón trae consigo la unificación de Vietnam.
sábado, 14 de enero de 2012
Milk: una lección política
Jordi Costa
El País
La carrera política de Harvey Bernard Milk, concejal del Ayuntamiento de San Francisco entre el 8 de enero y el 27 de noviembre de 1978 (la fecha de su asesinato), fue tan breve como inabarcables resultan los ecos de su legado en la historia del activismo gay: primer político americano abiertamente homosexual, Milk ha inspirado un musical, una ópera y una biografía de referencia -The Mayor of Castro Street, de Randy Shilts- que sirvieron de punto de partida a un documental oscarizado -The Times of Harvey Milk (1984), de Rob Epstein y Richard Schmiechen- y que ya había sido tanteada por Gus Van Sant para una posible adaptación cinematográfica que no vio la luz.
Las diferencias entre esa película nonata y la que ha acabado realizando el mismo director con la complicidad del aquí guionista Dustin Lance Black -y, a su vez, cineasta claramente comprometido con la causa gay- y de un Sean Penn con lujuria de Oscar pertenecen al terreno de la conjetura: quizá podría haber sido una película más agresiva, airada o radical, pero la sombra de esas posibilidades no debería difuminar los méritos de Mi nombre es Harvey Milk, un trabajo que extrae su fuerza precisamente de su capacidad de doblegarse a la convención para lograr sus propósitos. En cierto sentido, Gus Van Sant actúa como el Harvey Milk que utilizó su corte de pelo y su indumentaria -un espejismo de orden- como arma política orientada a captar la benevolencia del votante.
Capaz de desconcertar a los más firmes creyentes en su integridad indie con dos desalentadores ejercicios de estilo mainstream -El indomable Will Hunting (1997) y Descubriendo a Forrester (2000)-, Gus Van Sant llevaba cuatro películas indagando en la esquiva caligrafía de la violencia, la destrucción, el azar y sus derivas en una marcada clave autoral -Gerry (2002), Elephant (2003), Last Days (2005) y Paranoid Park (2007)-, antes de afrontar este nuevo cambio de registro en dirección al gran público. Tenía este crítico la impresión, probablemente equivocada, de que tanto en esas excursiones mainstream como en su reciente ensimismamiento artie, Gus Van Sant no dejaba de ser un maestro de la impostura.
Mi nombre es Harvey Milk revela otra cosa: al poseedor de una autoría líquida capaz de cambiar de piel y estilo según las exigencias del proyecto que tiene entre manos. En este caso, la vida de Harvey Milk parece estar tan cerca de las propias convicciones personales del cineasta, que el lenguaje conservador -el del biopic oscarizable- se revela como la mejor opción posible para que el proyecto alcance toda su funcionalidad política.
Explotando las posibilidades didácticas del género en el que se inscribe, Mi nombre es Harvey Milk consigue hacer transparente y comprensible un proceso sumamente complicado: la articulación de una reivindicación política en el tejido de una ciudad a partir de la apropiación comunitaria de uno de sus barrios, el trenzado progresivo de un lobby de influencia y la racional infiltración en sus órganos de poder. La película es mucho más que la hagiografía de un activista gay: es toda una lección de política americana y, al mismo tiempo, la crónica de un civilizado juego de estrategia ciudadana cuya meta final es la conquista de libertades colectivas.
Para J. Hoberman, crítico del Village Voice, es la primera película americana abiertamente obamista: una Vida Ejemplar trazada con los colores de la esperanza y que no hurga en las turbulencias políticas que siguieron al asesinato de Milk y el alcalde George Moscone a manos del exconcejal Dan White. Sean Penn ofrece un intenso recital de contención en la piel de este mártir ciudadano que, pese a su temperamento discreto, supo entender que la política de su país tenía una de sus claves en el sentido del espectáculo.
El País
La carrera política de Harvey Bernard Milk, concejal del Ayuntamiento de San Francisco entre el 8 de enero y el 27 de noviembre de 1978 (la fecha de su asesinato), fue tan breve como inabarcables resultan los ecos de su legado en la historia del activismo gay: primer político americano abiertamente homosexual, Milk ha inspirado un musical, una ópera y una biografía de referencia -The Mayor of Castro Street, de Randy Shilts- que sirvieron de punto de partida a un documental oscarizado -The Times of Harvey Milk (1984), de Rob Epstein y Richard Schmiechen- y que ya había sido tanteada por Gus Van Sant para una posible adaptación cinematográfica que no vio la luz.
Las diferencias entre esa película nonata y la que ha acabado realizando el mismo director con la complicidad del aquí guionista Dustin Lance Black -y, a su vez, cineasta claramente comprometido con la causa gay- y de un Sean Penn con lujuria de Oscar pertenecen al terreno de la conjetura: quizá podría haber sido una película más agresiva, airada o radical, pero la sombra de esas posibilidades no debería difuminar los méritos de Mi nombre es Harvey Milk, un trabajo que extrae su fuerza precisamente de su capacidad de doblegarse a la convención para lograr sus propósitos. En cierto sentido, Gus Van Sant actúa como el Harvey Milk que utilizó su corte de pelo y su indumentaria -un espejismo de orden- como arma política orientada a captar la benevolencia del votante.
Capaz de desconcertar a los más firmes creyentes en su integridad indie con dos desalentadores ejercicios de estilo mainstream -El indomable Will Hunting (1997) y Descubriendo a Forrester (2000)-, Gus Van Sant llevaba cuatro películas indagando en la esquiva caligrafía de la violencia, la destrucción, el azar y sus derivas en una marcada clave autoral -Gerry (2002), Elephant (2003), Last Days (2005) y Paranoid Park (2007)-, antes de afrontar este nuevo cambio de registro en dirección al gran público. Tenía este crítico la impresión, probablemente equivocada, de que tanto en esas excursiones mainstream como en su reciente ensimismamiento artie, Gus Van Sant no dejaba de ser un maestro de la impostura.
Mi nombre es Harvey Milk revela otra cosa: al poseedor de una autoría líquida capaz de cambiar de piel y estilo según las exigencias del proyecto que tiene entre manos. En este caso, la vida de Harvey Milk parece estar tan cerca de las propias convicciones personales del cineasta, que el lenguaje conservador -el del biopic oscarizable- se revela como la mejor opción posible para que el proyecto alcance toda su funcionalidad política.
Explotando las posibilidades didácticas del género en el que se inscribe, Mi nombre es Harvey Milk consigue hacer transparente y comprensible un proceso sumamente complicado: la articulación de una reivindicación política en el tejido de una ciudad a partir de la apropiación comunitaria de uno de sus barrios, el trenzado progresivo de un lobby de influencia y la racional infiltración en sus órganos de poder. La película es mucho más que la hagiografía de un activista gay: es toda una lección de política americana y, al mismo tiempo, la crónica de un civilizado juego de estrategia ciudadana cuya meta final es la conquista de libertades colectivas.
Para J. Hoberman, crítico del Village Voice, es la primera película americana abiertamente obamista: una Vida Ejemplar trazada con los colores de la esperanza y que no hurga en las turbulencias políticas que siguieron al asesinato de Milk y el alcalde George Moscone a manos del exconcejal Dan White. Sean Penn ofrece un intenso recital de contención en la piel de este mártir ciudadano que, pese a su temperamento discreto, supo entender que la política de su país tenía una de sus claves en el sentido del espectáculo.
sábado, 7 de enero de 2012
El conflicto social y la huelga en el cine
Por Samuel García Arencibia
Últimamente he visto dos películas que me han devuelto a la emoción y la admiración por las viejas luchas de nuestros padres, abuelos y antecesores. En ellas, los trabajadores se atreven, en unas sociedades más precarias que las nuestras, a luchar contra la clase opresora sin otras armas que su unión y su sacrificio, para mejorar sus condiciones de vida. Ese cine puede estimular la conciencia y la actitud de lucha social en estos momentos de derrotismo. Aunque sólo sea una aficionado al cine y no vaya a comentar mucho de esas películas me pareció una buena idea escribir esta entrada sobre películas, ya que hace mucho tiempo que no escribo sobre cine. Serían estupendas las invitaciones a otras películas que pudieran hacer en los comentarios.
La primera película fue "La sal de la tierra" de 1955. En ella unos mineros de Nuevo México se enfrentan a sus patrones por sus condiciones de trabajo. Lo más hermoso de la película es la alianza entre la lucha de clases y la lucha de géneros, pues las mujeres cobran protagonismo en la lucha de todos contra la pobreza a la que son sometidos.
La segunda película reciente que vi fue "Los compañeros" de Monicelli de 1963. En este caso los trabajadores de una fábrica también reivindican desde su fábrica, hacen huelga por las condiciones de trabajo. Es una comedia, pero permite también aproximarse a la realidad cruda de una huelga. Se ve el autoritarismo con el que el Estado ayuda a las clases propietarias.
Mientras me animaba a escribir este artículo busqué en mi memoria otras películas. Se me vinieron a la cabeza algunas. No sé si las recordaré ahora todas.
Recuerdo con especial cariño una de Ken Loach, "Pan y rosas". Con ella lloré de emoción. La acción ocurría en el tiempo presente, en los Estados Unidos con unos sindicatos históricamente exhaustos en un país donde nunca hubo una afiliación fuerte. Hace tiempo desde que la vi, quizá debiera volver a verla, pero la recuerdo con nostalgia. Hay una mezcla de romanticismo y lucha social, inmigración ilegal.
También hace tiempo, vi "Germinal", de Jean Claude Berri, basada en la novela, también leída, de Emile Zola. Igualmente hay romanticismo, una historia de amor platónico del foráneo con experiencia socialista que llega a una mina donde hay una incipiente organización sindical y una mujer que se ve obligada a convivir con el trabajador esquirol y machista, típico en esas comunidades obreras. Ocurre en una mina francesa.
"La madre" de Pudovkin es del mismo modo una adaptación de una novela, de Gorki. En este caso, la novela me encantó y la película me pareció una adaptación alejada del centro de interés del autor de la novela. Otra película soviética sobre el tema es precisamente "La huelga" de Eisenstein. De cine mudo las dos, ambas narran sucesos de la Rusia zarista.
Excepto, "Pan y rosas" todas son películas basadas en los momentos de crecimiento o consolidación del movimiento obrero. Excepto esta y un poco "Germinal", todas son películas con varias décadas. Parece que el cine social (que atiende la cuestión social) o socialista (que pretende contribuir al progreso socialista) han disminuido en paralelo con las renuncias sociales a la ofensiva y defensiva de los valores de igualdad y fraternidad (o a la libertad de las clases dominadas sobre las clases dominantes). Hay maravillosas excepciones (Loach, Gavras, Tavernier, De León y Aranoa, Mañas), pero la clase dominada, en proceso de debilitación sin tocar fondo, no tiene mucha capacidad de hacer cine social y socialista en la cantidad y calidad de las generaciones anteriores, como las generaciones actuales no tiene ni la conciencia ni la organización para mantener el pulso de la lucha histórica de clases.
Últimamente he visto dos películas que me han devuelto a la emoción y la admiración por las viejas luchas de nuestros padres, abuelos y antecesores. En ellas, los trabajadores se atreven, en unas sociedades más precarias que las nuestras, a luchar contra la clase opresora sin otras armas que su unión y su sacrificio, para mejorar sus condiciones de vida. Ese cine puede estimular la conciencia y la actitud de lucha social en estos momentos de derrotismo. Aunque sólo sea una aficionado al cine y no vaya a comentar mucho de esas películas me pareció una buena idea escribir esta entrada sobre películas, ya que hace mucho tiempo que no escribo sobre cine. Serían estupendas las invitaciones a otras películas que pudieran hacer en los comentarios.
La primera película fue "La sal de la tierra" de 1955. En ella unos mineros de Nuevo México se enfrentan a sus patrones por sus condiciones de trabajo. Lo más hermoso de la película es la alianza entre la lucha de clases y la lucha de géneros, pues las mujeres cobran protagonismo en la lucha de todos contra la pobreza a la que son sometidos.
La segunda película reciente que vi fue "Los compañeros" de Monicelli de 1963. En este caso los trabajadores de una fábrica también reivindican desde su fábrica, hacen huelga por las condiciones de trabajo. Es una comedia, pero permite también aproximarse a la realidad cruda de una huelga. Se ve el autoritarismo con el que el Estado ayuda a las clases propietarias.
Mientras me animaba a escribir este artículo busqué en mi memoria otras películas. Se me vinieron a la cabeza algunas. No sé si las recordaré ahora todas.
Recuerdo con especial cariño una de Ken Loach, "Pan y rosas". Con ella lloré de emoción. La acción ocurría en el tiempo presente, en los Estados Unidos con unos sindicatos históricamente exhaustos en un país donde nunca hubo una afiliación fuerte. Hace tiempo desde que la vi, quizá debiera volver a verla, pero la recuerdo con nostalgia. Hay una mezcla de romanticismo y lucha social, inmigración ilegal.
También hace tiempo, vi "Germinal", de Jean Claude Berri, basada en la novela, también leída, de Emile Zola. Igualmente hay romanticismo, una historia de amor platónico del foráneo con experiencia socialista que llega a una mina donde hay una incipiente organización sindical y una mujer que se ve obligada a convivir con el trabajador esquirol y machista, típico en esas comunidades obreras. Ocurre en una mina francesa.
"La madre" de Pudovkin es del mismo modo una adaptación de una novela, de Gorki. En este caso, la novela me encantó y la película me pareció una adaptación alejada del centro de interés del autor de la novela. Otra película soviética sobre el tema es precisamente "La huelga" de Eisenstein. De cine mudo las dos, ambas narran sucesos de la Rusia zarista.
Excepto, "Pan y rosas" todas son películas basadas en los momentos de crecimiento o consolidación del movimiento obrero. Excepto esta y un poco "Germinal", todas son películas con varias décadas. Parece que el cine social (que atiende la cuestión social) o socialista (que pretende contribuir al progreso socialista) han disminuido en paralelo con las renuncias sociales a la ofensiva y defensiva de los valores de igualdad y fraternidad (o a la libertad de las clases dominadas sobre las clases dominantes). Hay maravillosas excepciones (Loach, Gavras, Tavernier, De León y Aranoa, Mañas), pero la clase dominada, en proceso de debilitación sin tocar fondo, no tiene mucha capacidad de hacer cine social y socialista en la cantidad y calidad de las generaciones anteriores, como las generaciones actuales no tiene ni la conciencia ni la organización para mantener el pulso de la lucha histórica de clases.
miércoles, 4 de enero de 2012
Bowling for Columbine: Un país en armas
Aclamado documental de Michael Moore que aborda el tema del alma violenta de los Estados Unidos. ¿Por qué 11.000 personas mueren cada año en ese país víctimas de las armas de fuego? La televisión le echa la culpa a todo, desde Satán a los videojuegos. Pero ¿es tan diferente Estados Unidos de otros países? ¿Qué es lo que le diferencia de otros? ¿Por qué Estados Unidos se ha convertido en autor y víctima de tanta violencia?
"Bowling for Columbine" no es una película sobre el control de la venta de armas, es una película sobre el asustado corazón de Estados Unidos y los 280 millones de estadounidenses felices de tener el derecho de poseer un arma constitucionalmente protegida.
En este incisivo -cómico y trágico por al mismo tiempo- estudio de la violencia -y su directa relación con las armas de fuego- aparecen numerosas personalidades como Charlon Heston, George W. Bush y Marilyn Manson, entre otros.
Ganó numerosos premios a mejor documental -entre los que destacan los prestigiosos National Board Of Review y el Chicago Film Critics Awards-, así como el premio a la mejor película extranjera -compitiendo con largometrajes- en los César de la Academia Francesa de Cine.
"Bowling for Columbine" no es una película sobre el control de la venta de armas, es una película sobre el asustado corazón de Estados Unidos y los 280 millones de estadounidenses felices de tener el derecho de poseer un arma constitucionalmente protegida.
Fragmento del documental en el que se cuenta la historia de los Estados Unidos desde la perspectiva del uso de las armas de fuego.
En este incisivo -cómico y trágico por al mismo tiempo- estudio de la violencia -y su directa relación con las armas de fuego- aparecen numerosas personalidades como Charlon Heston, George W. Bush y Marilyn Manson, entre otros.
Ganó numerosos premios a mejor documental -entre los que destacan los prestigiosos National Board Of Review y el Chicago Film Critics Awards-, así como el premio a la mejor película extranjera -compitiendo con largometrajes- en los César de la Academia Francesa de Cine.
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