En Irlanda del Norte, el 30 de enero de 1972, trece personas murieron en las calles de la ciudad de Derry (Londonderry para los ingleses) y otras catorce fueron heridas por las balas del ejército británico. Eran unos civiles desarmados que participaban en una manifestación contra el decreto del Gobierno británico autorizando los internamientos preventivos. Este día, que se conoce en la historia por el nombre de Bloody Sunday (Domingo Sangriento), fue crucial en la historia contemporánea del problema irlandés porque convirtió el conflicto (que se arrastra desde hace más de 700 años) en una guerra civil, hizo que muchos jóvenes se integraran al IRA y alimentó un ciclo de 25 años de violencia. La película cuenta lo que pasó ese día, desde el amanecer hasta el anochecer, desde la llegada de las tropas a las calles de la ciudad sitiada hasta la violenta actuación de los soldados del formidable Regimiento de Paracaidistas contra los manifestantes civiles, y sigue con algo más de detalle a cuatro hombres: Ivan Cooper, líder de los defensores de los derechos civiles, lleno de idealismo y que comparte el sueño de Martin Luther King de lograr un cambio pacífico; Gerry Donaghy, un rebelde católico de 17 años, que desea establecerse y casarse con su chica (protestante) pero que se ve arrastrado por el enfrentamiento con los soldados; el general de brigada Patrick MacLellan, comandante del ejército británico en Londonderry, que se ve presionado para que detenga con firmeza la manifestación, y un joven soldado, un operador de radio de los paracaidistas, que, junto a su unidad de aguerridos veteranos, recibe la orden de entrar en el Bogside.
Ficha técnica
Dirección y guión: Paul Greengrass.
Países: Irlanda y Reino Unido.
Año: 2002.
Duración: 107 min.
Interpretación: James Nesbitt (Ivan Cooper), Tim Pigott-Smith (General Ford), Nicholas Farrell (Brigada Maclellan), Gerard McSorley (Lagan), Kathy Keira Clarke (Frances Cooper), Allan Gildea (Kevin McCorry), Gerard Crossan (Eamonn McCann), Mary Moulds (Bernadette Devlin), Declan Duddy (Gerry Donaghy).
Producción: Mark Redhead.
Producción ejecutiva: Jim Sheridan, Pippa Cross, Rod Stoneman, Paul Trijbits y Tristan Whalley.
Música: Dominic Muldoon.
Fotografía: Ivan Strasburg.
Montaje: Clare Douglas.
Diseño de producción: John Paul Kelly.
Dirección artística: Padraig O'Neill.
Vestuario: Dinah Collin.
Estreno: 2002.
Tráiler (en inglés)
Bloody Sunday: Los hechos y sus antecedentes
En enero de 1972, la Asociación de Derechos Civiles de Irlanda del Norte, que trabajaba conjuntamente con grupos locales, convocó una manifestación de protesta para el domingo 30 de enero. La manifestación iba a empezar en Bishop’s Field, en Creggan, el barrio católico edificado en una pelada colina muy lejos del centro y seguiría por “Free Derry” hasta el Ayuntamiento, la sede del poder político local (protestante) para celebrar un mítin. El objetivo de la manifestación era protestar contra los internamientos sin juicio, medida introducida por el Gobierno británico el verano anterior por presiones del Gobierno unionista en Stormont, que advirtió que se produciría una violenta reacción protestante contra el creciente malestar de los católicos.
Derry es el lugar donde nació el movimiento en defensa de los Derechos Civiles en 1968; la ciudad más occidental del Reino Unido, está a casi diez kilómetros de la frontera con Donegal, aunque separada de Belfast por los Montes Sprerrin. Situada en las orillas del río Foyle justamente antes del punto en que se abre en un amplio estuario, Derry es una ciudad inmersa en el conflicto. En el siglo XVII, los protestantes leales a Guillermo de Orange resistieron un largo asedio del ejército católico de Jacobo II, y en 1969 la población católica del Bogside resistió el ataque de activistas protestantes, incluyendo a oficiales de policía, que estaban intentando echarlos de sus casas. Ni siquiera hay acuerdo acerca del nombre: para los protestantes es Londonderry (en conmemoración del pasado apoyo financiero de la ciudad londinense), pero los católicos se refieren a ella por su antiguo nombre gaélico: Derry, que significa “robledal”.
En enero de 1972, el Gobierno Unionista de Belfast, el ejército y el Gobierno británicos estaban firmemente decididos a que la manifestación en defensa de los Derechos Civiles fuera detenida y que esto se viera. El comandante de las fuerzas terrestres de Irlanda del Norte, general Robert Ford, se había reunido con comerciantes protestantes del centro de la ciudad que se quejaban de los constantes ataques de jóvenes de las zonas nacionalistas. El general Ford ordenó al general de brigada MacLellan, comandante de la VIII Brigada, que cubría la zona de Londonderry, que propusiera un plan que, según insistió Ford, debería implicar la utilización de miembros del I Batallón del Regimiento de Paracaidistas como fuerza encargada de hacer las detenciones. Los “paracas” tenían la base en Belfast, donde habían adquirido una reputación temible. Nunca habían estado antes en las calles de Derry. Se fijó un objetivo de 500 detenciones.
Notas del productor Mark Redhead
Ni una sola cosa nos impulsaba a Paul Greengrass y a mí a hacer una película acerca del Domingo Sangriento. El conflicto norirlandés ha proyectado una oscura sombra sobre la vida de todo el mundo en esas islas, desde que nosotros éramos unos adolescentes. Bloody Sunday había llegado a simbolizar para nosotros lo peor de la larga y a menudo triste y violenta relación entre Gran Bretaña e Irlanda. Fue un terrible punto de viraje, el momento en el que el movimiento a favor de los derechos civiles fue destruido, en el que la masa de civiles fue apartada del plano político, y el conflicto en Irlanda del Norte se convirtió en una lucha entre hombres armados. Con el inicio del proceso de paz y del alto el fuego, y la posibilidad de un futuro mejor, nos pareció a ambos que en lugar de cerrar de un portazo los recuerdos de los años de sufrimiento, lo más constructivo que podíamos hacer, en gran parte como británicos que somos, era explorar la dinámica de las relaciones y tratar de encontrarle algún sentido a nuestra dolorosa historia común.
Para Paul, el Domingo Sangriento tenía un significado especial. En 1982, como joven productor de World in Action, fue el primer periodista que entró en la cárcel de Maze para filmar una entrevista a los presos del IRA en huelga de hambre. Las imágenes que filmó Paul de uno de los huelguistas, Raymond McCartney, con los ojos hundidos y el rostro enflaquecido enmarcado por barba y largos cabellos, iban a convertirse en una de las imágenes simbólicas del conflicto. Paul estuvo obsesionado mucho tiempo por su descubrimiento de que McCartney, originario de Derry, se había unido a los Provos [los provisionales, miembros del IRA Provisional. En 1969, el IRA se había escindido en dos: el IRA Provisional, que propugnaba la lucha armada, y el IRA Oficial, que optó por la vía política] y había empuñado las armas como respuesta directa a los hechos del domingo sangriento del 30 de enero de 1972 (27 civiles heridos, 13 de ellos mortalmente, por miembros del Regimiento Paracaidista).
Prácticamente lo primero que hicimos al comenzar el desarrollo de la película fue contactar con Don Mullan. Aunque ahora es un escritor residente en Dublín, Don se había criado en Derry y desempeñó un papel vital en hacer públicos los acontecimientos del Domingo Sangriento. Una investigación judicial, emprendida meses después de la tragedia, llegó rápidamente a la conclusión de que se había disparado sobre el ejército y que varios muertos iban armados. A continuación, y durante veinte años, el Domingo Sangriento fue olvidado. Don tenía quince años cuando asistió a la manifestación y se encontraba a menos de un metro del septuagenario Michael Kelly cuando éste cayó muerto por los disparos.
Durante una visita a Derry supo de la existencia de un montón de bolsas de plástico llenas de cientos de declaraciones de civiles tomadas por los activistas en defensa de los derechos civiles la semana siguiente que siguió a los hechos. Copias de las mismas habían sido remitidas a Lord Wigery, que estaba al frente de la investigación judicial, pero fueron ignoradas. Don leyó detenidamente las declaraciones, que se convirtieron en la base de su libro Eyewitness Bloody Sunday. Este libro ayudó a despertar el interés del público en el Domingo Sangriento y dio nuevo impulso a la campaña de las familias de los muertos y heridos para que se reabriera la investigación. Presenta una concatenación de hechos que finalmente llevaron a la investigación actualmente en curso, presidida por Lord Saville. Le pedimos a Don que se uniera a nosotros en la producción en calidad de asesor y coproductor. Enseguida se convirtió en un amigo. A través de su trabajo, Don había desarrollado estrechos vínculos con las familias de los muertos y heridos, lo que facilitó nuestro acercamiento a ellos para lograr que nos apoyaran para hacer la película.
Desde el comienzo nos pareció importante hacer un proyecto lo más abierto posible y que incluyera a británicos e irlandeses (la productora británica Granada y la productora del director irlandés Jim Sheridan Hell’s Kitchen).
Veinticuatro horas
Tuvimos claro desde el primer momento que íbamos a hacer una película que abarcara 24 horas, contando simplemente lo que pasó el 30 de enero de 1972, porque, si íbamos a explicar los antecedentes de ese día ¿desde dónde íbamos a empezar? ¿A partir de unas semanas antes, cuando se empezó a organizar la manifestación?, ¿con la introducción del internamiento en el verano de 1971?, ¿con el comienzo del movimiento en defensa de los Derechos Civiles en 1968, o con la partición [de Irlanda en 1921]?, ¿con el asedio de Derry por Jacobo II [en 1689]? Y en cierto modo las circunstancias concretas realmente no tenían importancia, porque Bloody Sunday representó la terrible danza de la muerte que se ha estado desarrollando entre Gran Bretaña e Irlanda desde antes de Cromwell [en 1171 se produjo la invasión inglesa de Irlanda]. Si hubiera que indicar algún modelo para la película, sin duda sería La batalla de Argel (1966), la obra maestra de Gillo Pontecorvo que Paul y yo admiramos. Pero mientras que aquélla es la historia de una victoria del idealismo, la nuestra es la historia de su derrota.
Personajes
Definido el casi clásico marco temporal de un solo día, teníamos que decidir qué historias contar. Ese día había diez mil manifestantes civiles y tres mil soldados británicos en Derry, pero decidimos centrarnos en cuatro, dos de cada lado.
Gerry Donaghy, un joven de 17 años del Bogside, acababa de salir de la cárcel tras pasar seis meses por tirar piedras. Gerry era un miembro de lo que el ejército británico llamaba “jóvenes gamberros de Derry” (“Derry Young Hooligans”, o “DYH”), pero aunque activo resistente a las leyes británicas, estaba enamorado de una chica protestante y estaba tratando de alejarse del conflicto y establecerse con ella. Para interpretar a Gerry escogimos a un chico de Derry de 16 años, Declan Duddy, cuyo tío, Jackie Duddy, fue la primera persona que murió el Domingo Sangriento, a la edad de 17 años.
En la otra parte elegimos a un joven “paraca”, que presenció los acontecimientos del día como miembro del pelotón antitanque, la unidad que hizo al menos la mitad de los disparos ese día. El paracaidista 027 hacía una descripción de las acciones de su sección que más fielmente se correspondía con los testimonios. Mike Edwards, un joven ex soldado de infantería, preparador deportivo y actor, desempeñó ese papel.
En general, pensábamos que los más adecuados para representar las actitudes y conductas de los soldados eran los propios soldados, y, con contadas excepciones, los soldados que aparecen en la película son ex militares. Muchos de estos hombres han servido en Irlanda del Norte, y, por lo demás, actuar no es una actividad que resulte ajena a los soldados, acostumbrados a las maniobras militares.
El tercer personaje era el general de brigada Patrick MacLellan (interpretado por Nicholas Farrell), comandante de la VIII Brigada y el hombre encargado de planificar la operación concebida por su superior, el comandante de las fuerzas terrestres de Irlanda del Norte, el general Robert Ford, interpretado por Tim Piggott-Smith. MacLellan había expresado ciertas reservas acerca del plan, pero estaba al mando y fue él quien dio la fatídica orden para que los “paracas” intervinieran.
Nuestro cuarto personaje era Ivan Cooper que quizá es el personaje central. Cooper era un importante activista a favor de los derechos civiles y miembro del Parlamento, pero más que un activista de clase obrera católica o un radical con educación universitaria, era protestante y directivo de una fábrica de camisas. Su padre había formado parte de la UVF (Ulster Volunteer Force, organización paramilitar protestante). Ivan Cooper es una de las figuras olvidadas del movimiento en defensa de los Derechos Civiles... Nunca más volvió a ir a una manifestación después del Domingo Sangriento. La suya es la historia de un político idealista que intenta hacer las cosas lo mejor posible, sea cual sea la posición que ocupe. Para interpretar este papel fuimos muy afortunados de contar con James Nesbitt. Jimmy procede de un entorno protestante próximo a Coleraine, en el condado de Londonderry. Para él, hacer la película se convirtió en una auténtica exploración personal de sus propios orígenes y del conflicto.
Para nosotros, como británicos, era muy importante contar no sólo la historia de la población civil y sus víctimas, sino también la de los soldados británicos, porque el Domingo Sangriento también es una historia británica, al menos la mitad. La imagen que los británicos tienen de sí mismos es que son gente sensata, moderada, que no se deja llevar por los excesos. Sin embargo, ¿cómo pudo pasar que soldados británicos dispararan sobre 27 civiles desarmados? Además, pensamos que la historia podría tener una resonancia mayor, pues a lo largo de la Historia hay episodios de choques entre ejércitos y poblaciones civiles, por ejemplo en Chechenia e Israel, por citar algunos de ellos.
Fuente: La Butaca
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