Ojo con el cine
Esta película es una de las muestras más descarnadas de nuestra histora reciente. Si Oliver Stone con Pelotón dio cuenta del genocidio y la masacre vietnamita, con Wall Street muestra el mundo que se cocinaba en el corazón de las Twin Towers y bajo las narices del imperio financiero que veinte años más tarde terminaría por reventar esparciendo sus esquirlas a todo el planeta.
La decadencia del imperio estadounidense no pasa por el desplome de las Twin Towers (en este filme tenemos siete planos memorables de las torres gemelas), ni por la caída del Muro de Berlín... Como muestra Stone, el germen de la putrefacción venía incubándose de mucho antes. La caída del muro y de las Twin Towers solo aceleraron la debacle de la hegemonía estadounidense.
El relato que nos muestra Stone es sangriento, aunque no haya sangre. Los personajes están insatisfechos, enfermos, estressados, con deudas, cuentas pendientes y su única razón de ser es la esperanza de que el próximo negocio arroje suculentas ganancias. Los mueve la ambición y el egoísmo, la busqueda del dinero fácil, vía trampas, desmesura, uso de información privilegiada, chantajes... todo aquello que Mandeville o Smith intentaron demostrar y sobre lo cual construyeron sus dogmas.
Bud Fox, el protagonista, es uno de estos seres. Vive de prestado y su sueño es conocer a Gordon Gekko, suerte de gurú financiero que en pocos años ha amasado una enorme fortuna. La filosofía de Gekko se resume en las enseñanzas de El arte de le guerra de Sun Tsu y la agresividad y prepotencia en los negocios: levanta o envía a la quiebra a empresas por el mero recurso del spread, o diferencial de ganancia. Bud Fox no sabe que será una víctima más de los tentáculos de Gekko y que caer en esas redes puede ser mortal.
El filme posee una dinámica implacable y la música de Stewart Copeland (ex The Police) aporta las pinceladas precisas a ese oscilar entre el delirio y la frustración. Algunas memorables perlas de la banda sonora: Frank Sinatra cantando Flying to The Moon, en los créditos iniciales, y Brian Eno y David Byrne con Americam is Waiting, dos de los temas centrales que dan intensidad a este filme-radiografía sobre la génesis de la codicia, la ambición y la cultura del saqueo moderno. Imperdible.
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