Se trata de Cristina Guarín, cuya historia se aborda en la película colombiana la "Siempreviva", basada en la obra de teatro homónima de Miguel Torres de 1994
Por Semana.com
“Cuando me informaron lloré frente a 20 funcionarios de la Fiscalía, sentí una mezcla de alegría y tristeza… de alegría porque este es el resultado de la persistencia, de 30 años de no olvidar. Y de tristeza porque me duele que esto no lo hubieran podido hacer mi papá y mi mamá: encontrar a Cristina”. Con estas palabras, René Guarín, el hermano de Cristina del Pilar Guarín Cortés, confirmó la noticia del hallazgo de los restos de ella.
Cristina era una de las empleadas de la cafetería del Palacio de Justicia en 1985 e hizo parte de las 11 personas desaparecidas tras la toma del M19 y la retoma por parte del Ejército colombiano.
René tuvo que esperar 30 años para entrar al laboratorio de Medicina Legal. Allí vio un pedazo de la falda escocesa que llevaba ese día su hermana, una joven licenciada en ciencias sociales que ganó una beca para estudiar un posgrado en España, y aceptó el trabajo de cajera en la cafetería del Palacio de Justicia para ahorrar un dinero antes del viaje. En el momento de la toma llevaba 36 días en este puesto.
Con la identificación de Medicina Legal se cierra un ciclo de búsqueda y espera para René y los familiares de Luz Mary Portela León y Lucy Amparo Oviedo, las otras dos mujeres cuyos restos también fueron encontrados. Sin embargo, se mantiene vivo su dolor y el de todo un país que no deja de preguntarse qué sucedió ese 6 de noviembre al interior del Palacio de Justicia. Pero sobre todo qué pasó con ellas después de haber salido con vida de ese infierno.
Precisamente este año, al conmemorarse 30 años de los hechos, se estrenó la película Siempreviva (dirigida por el caleño Klych López) que revive esos eventos y pretende resistirse el olvido. La película está basada en la obra de teatro de Miguel Torres que se presentó por primera vez en 1994.
Andrea Gómez, la actriz que interpretó a Cristina en la Siempreviva, se reunió con su hermano René Guarín para construir el personaje. “Algo que no voy a olvidar nunca es que cuando ella desaparece su papá le empieza escribir poemas que espera algún día entregarle y su mamá nunca dejó que le tocaran su habitación. Pero ellos se fueron sin saber dónde estaba su hija y sin recibir sus restos”, dijo Andrea a Semana.com.
“La primera sensación que tuve al conocer la noticia fue de tristeza, luego ya de tranquilidad al pensar en René. Pero aquí inicia otro proceso que no deja de ser doloroso, porque aunque hayan encontrado los restos se pregunta uno el porqué y el cómo”.
A Andrea aún le causa “un dolor enorme contar un episodio tan doloroso para Colombia y que haya tantas preguntas sin respuesta. Pero la parte positiva de esto y lo digo con toda certeza es que el arte sí es una herramienta para sanar”.
miércoles, 21 de octubre de 2015
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