Por Dania Batista y Conrado Cuevas
Recientemente se ha dado el estreno mundial en las salas de cine de la innovadora y original película: “Avatar”. La cual esta arrasando con millones en taquilla. Ésta presume de contar con realidad aumentada, efectos de tercera dimensión y efectos especiales.
Sin embargo, de esta película lo que realmente es diferente en cuanto a películas con características similares, es que tiene un argumento totalmente parecido a la realidadad actual del siglo XXI.
Su verdadero atractivo es que sí tiene un argumento, porque la mayoría de las películas con estas particularidades, son incongruentes y sin sentido. Al contrario de éstas, “Avatar” posee implicaciones éticas y morales que cuestionan incluso, aspectos personales y políticos de sus actores.
Cuando se habla de realidad aumentada, como la última maravilla tecnológica, en realidad, lo que quieren decir los técnicos de Hollywood, detrás de ese enorme palabrerío y términos complejos de la mercadotecnia, es que la película es una mezcla de actores y escenarios reales con escenas, escenarios y actores creados por computadora y en donde la realidad material se combina con la fantasía virtual. Esto no es nada novedoso. La combinación de actores reales con actores virtuales ha sido una de las características del cine desde sus orígenes. Lo que si ha variado es la complejidad de las técnicas y de los mecanismos utilizados de acuerdo con el avance tecnológico de cada época. Al principio se hacían animaciones muy rudimentarias hechas con títeres movidos por hilos, hoy las animaciones son hechas por complejos software y poderosas computadoras. La esencia es la misma, hacer del cine una extensión de la imaginación y tratar de convencer al espectador de su realidad.
Los efectos especiales han evolucionado a través de los tiempos y cada día son más perfectos, llegará el momento en que la técnica por motivos económicos, reemplazará a los actores y a las divas por simulaciones de computadoras.
Los efectos de 3D tampoco son nuevos, se han utilizado diversas pericias para lograr los efectos tridimensionales y aumentar el realismo, efecto que ya se viene practicando desde casi los inicios del cine. Para lograr estos efectos se han usado técnicas como lentes con dos películas independientes casi iguales, también se han utilizado lentes polarizadas, lentes con un color rojo y el otro de color azul. Además de una gran cantidad de efectos ópticos inventados para simular una sensación de 3D en el espectador.
No obstante, lo que verdaderamente diferencia a una película de otra no son los efectos ni el mercadeo sino el contenido de la misma. Esto es lo que realmente determina el éxito o el fracaso e incluso llevarse un codiciado Oscar.
El contenido se define en el argumento de la película y es éste el principal valor de la película “Avatar”.
Un avatar no es más que la figura que te representa como competidor en un juego electrónico. Al inicio de los juegos electrónicos, en los años noventa, salieron al mercado una gama de éstos, como los de lucha y pelea, en los cuales uno podía pelear contra un contrincante manejado por la computadora, pero podías escoger un luchador, al que ibas acontrolar y tenía armas y capacidades diferentes a los demás luchadores, así nacieron juegos como Street Fighters y otros. Es aquí donde se acuña la representación virtual para participar en el juego.
Lo novedoso y crítico en la película “Avatar” es su argumento. Éste, a pesar de desarrollarse en una época futura y fuera de la Tierra, es una trama que retrata la actualidad bélica en nuestro planeta a principios del siglo XXI y traslada al espacio la rapacidad y depredación por parte del sistema imperial norteamericano de apropiarse de los recursos naturales y estratégicos de otros pueblos y naciones.
En este filme de ciencia ficción, el gobierno norteamericano descubre un yacimiento natural, de un mineral llamado “Octanio” en el planeta de “Pandora”, el cual está habitado por los indígenas Na' vi, quienes físicamente son una especie de seres antropomorfos con características felinas y que culturalmente son muy distintos, pues tienen una filosofía de amor a la naturaleza y a la tierra; se ven a sí mismos como una parte integral de un gran ser vivo, en donde todos viven en una perfecta armonía natural, que es a su vez una interdependencia vital. Todos los seres vivos se ven como parte de un gran cerebro o mente y consideran a su planeta como un gran ente, que piensa y se desarrolla.
Estados Unidos llega a “Pandora”, guiado por una gran necesidad de recursos para sostener su economía y envia allí una gran fuerza expedicionaria y de conquista compuesta en una inmensa proporción de elementos militares: soldados, oficiales, armas y medios de transporte sumamente sofisticados y poderosos. Dentro de esa fuerza expedicionaria se incluye un grupo de científicos que experimentan con una nueva tecnología: creación de avatares. Estos científicos utilizan algunos elementos civiles, militares y también mercenarios.
Durante el viaje los científicos iban creando seres mestizos, resultado de componentes genéticos humanos con los nativos. Pero estos nuevos individuos, no eran autónomos sino solo “avatares”, o sea, imágenes vivas que se confundirían con los Na' vi, pero cuya voluntad y pensamiento eran gobernados por los mercenarios que se alquilaban para contar con sus avatares. Así esta tropa aprendería sus costumbres, sus formas de vida, pensamientos y descifraría su formas organizativas y además harían el papel de “terceras columnas”, o infiltrados que ayudarían a convencer a los nativos de que las intenciones de los extranjeros invasores eran buenas, además los ayudarían o impulsarían a acceder a sus riquezas naturales sin resistencia...
Ese era el plan A de los invasores, un plan diplomático de infiltración, convencimiento y uso controlado de la fuerza. No obstante, los invasores contaban con un plan B. Si en un plazo determinado los indígenas no cedían a sus pretensiones, se usaría la fuerza y la superioridad tecnológica abrumadora para someterlos y apoderarse de los minerales que necesitaban en su economía, minerales de índole energética. Ése era su plan B. Pero, la vida en Pandora se desarrolla de manera diferente. Y especialmente hay un avatar, quien es controlado por un ex marine discapacitado, Jake, que es quien mejor se adapta, es el que más se identifica y gana el respeto de la población indígena. Por lo que los nativos deciden transmitirle sus valores y puntos de vista para que se integre en su comunidad. Esto posibilita un puente de comunicación entre las dos culturas, que es aprovechado por los científicos para aumentar sus conocimientos e identificarse con los aborígenes en su amor a la naturaleza. Sin embargo, los militares responsables de la misión se desesperan por la lentitud de sus avances y convencidos por su superioridad numérica, tecnológica y de fuego, deciden tomar el control de la situación y someter a los indígenas. Pero para el control de los recursos requeridos, necesitaban de la destrucción o expulsión de un clan de cierto lugar del planeta invadido, e inician operaciones militares, las cuales son enfrentadas por los indígenas sin ningún resultado. Al uso de armas sofisticadas y poderosas los naturales oponen flechas, al uso de helicópteros y aviones oponen caballos. Ante el desastroso resultado inicial, los invadidos casi derrotados, con cientos de muertos (niños, mujeres y ancianos) se agrupan alrededor de su fuente mística, de su cultura y creencias.
Mientras que en las filas de los invasores el optimismo es abrumador y soberbio, en las de los defensores todo es confusión y derrota, que pronto se va transformando en indignación y resistencia, para terminar con organización, disciplina e inteligencia al combatir. Como ha sido siempre la lucha de los pueblos contra los imperios, los pueblos han aprovechado la superioridad moral y el conocimiento del terreno, a la prepotencia del enemigo. Luego la superioridad de los medios y la tecnología son la única fuerza de depredación que vale para sojuzgar a los pueblos.
Hasta aquí la trama de la película, no es más que una fiel copia de la realidad que viven los pueblos del mundo en los inicios del siglo XXI, donde su única desgracia es la de poseer enormes riquezas energéticas, minerales y naturales. Que por el sólo hecho de tenerlas se convierten en el blanco de intereses transnacionales, personales y políticos de la depredadora clase imperial moderna: la burguesía financiera monopolista y su estado imperialista.
En “Avatar” se reflejan las luchas de los pueblos de Vietnam, Cuba, Corea, Nicaragua, Iraq, Venezuela, Afganistán, Yemen, etc. En todos el mismo patrón, un imperio cuyos propietarios capitalistas necesitan recursos estratégicos de índole energética y fabril. Con la excusa de llevar la modernidad y la democracia, encubren el genocidio de los pueblos marginales y subdesarrollados para el enriquecimiento de unos cuantos capitalistas y sus empresas monopólicas, utilizando todo el poder y la tecnología de un Estado moderno, en especial sus fuerzas militares, no sin antes explorar la alternativa de disminuir las pérdidas utilizando las famosas vías diplomáticas, que conllevan el chantaje, el espionaje, la infiltración, la intimidación, el terrorismo, la compra de conciencias y la fantasía del consumismo.
Pero siempre sucede que dentro del alma humana surge lo inesperado. Aun en los estados más fascistas y fanáticos nace la esperanza de la justicia en su propio interior, un propio miembro de esa clase explotadora cede ante la razón y la justicia y termina combatiendo a sus propios patrones y compañeros, dejando atrás todo tipo de intereses personales e incluso sacrificando sus propias vidas en aras de una fe inconmensurable en el desarrollo de la humanidad. En “Avatar” no faltó quien conociendo al monstruo en sus propias entrañas se convierte en un traidor para sus patrones y en una inspiración para los oprimidos.
En estos momentos actuales podemos ver el caso del médico jordano que se inmola, castigando a sus enemigos norteamericanos (CIA) en Afganistán. Y los casos de ex combatientes de Vietnam que terminaron apoyando a las guerrillas en El Salvador, Honduras y Nicaragua y en los movimientos dentro de Estados Unidos por la paz.
A pesar que esta película tiene muchos recursos técnicos y monetarios, su mayor fuerza radica en el mensaje de su argumento, que es la advertencia y el ejemplo que el imperio ha dado una y otra vez a los pueblos, y es el siguiente: Cuando los países desarrollados o los europeos necesitan satisfacer las necesidades de su economía utilizarán todos sus recursos para apropiarse, por no decir robar, las riquezas de los pueblos débiles y subdesarrollados por todos los medios, iniciando con una sutil e hipócrita diplomacia y culminando con los más sanguinarios genocidios irracionales.
Un pueblo que tiene firmes bases históricas y grandes fundamentos éticos y morales, generalmente logra derrotar a invasores que le superan en poder, número, tecnología, organización y economía.
La unidad, la organización y la disciplina son la mejor línea de defensa y lucha de pueblos pequeños y débiles frente a los grandes poderes imperiales que disfrazan su pillaje bajo el manto de una supuesta “civilización”.
En los tiempos actuales y en los que están por venir, la lucha por los recursos naturales, sobre todo los vitales como el petróleo, el agua los yacimientos de minerales, etc., se va a ir acentuando, lo que pondrá en un riesgo mayor la libertad, la independencia y la integridad de los pueblos pequeños y débiles.
jueves, 14 de enero de 2010
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